sábado, 2 de junio de 2007

ORGULLO LEPROSO DE HOY Y DE SIEMPRE



Nuestro reconocimiento eterno a quienes hicieron grande a Newells y nuestro repudio diario a quienes quieren destruir esa grandeza, pero que lo sepan bien, no podran!


EL DT CAMPEÓN
28 DE DICIEMBRE DE 1973. Juan Carlos Montes da las ùltimas indicaciones a la tercera de Newell's que està por salir a jugar la final del campeonato contra Independiente en la cancha de los charrùas. Allì se entera de que Juan Eulogio Urriolabeitìa, entrenador de la primera, no va a continuar en el 74'. "Yo dije:'Tambièn me voy con èl'. Pero los dirigentes estaban de acuerdo en que yo tenìa que reemplazarlo. Para mì era una decisiòn jodida, porque la mayorìa de los jugadores eran amigos mìos".
Montes habìa dejado el fùtbol a mitad del 73, cansado de renegar con una rodilla que lo tenìa parado cada vez con màs frecuencia. "No podìa recuperar la pierna y me cansè. Le dije al Vasco (Urriolabeitìa): 'No juego màs'. Y èl me pidiò que lo ayudara y me dio la tercera", cuenta Juan Carlos, cuyo mèrito enorme de ser el primer tècnico campeòn, relegò a un segundo plano su gran campaña como jugador.
Montes fue "el Manija", el cinco que jugaba con la cabeza levantada y distribuìa con criterio a Silva o Zanabria, para que en los pies de estos dos naciera la magia, que se prolongaba en los brasileños Marcos y Bezerra y terminaba en la red contraria con el ùltimo y sutil toque del Mono Obberti.
Juan Carlos era el punto de partida de ese fùtbol delicioso de principios de la dècada del 70', pero la hisotria lo reconoce màs , mucho màs, como el primer tècnico campeòn de Newell's. Encima despuès fue el entrenador que hizo debutar en primera al Diego, con lo que su elegancia de jugador quedò en un inmerecido segundo plano.
¿CÒMO TOMABAN LOS JUGADORES LA DESIGNACIÒN DE MONTES?
"Sin ninguna duda la gran ventaja fue la llegada de un tècnico que habìa sido compañero de los màs grandes y que conocìa a los màs chicos por el hecho de estar en el club", observa Zanabria, mientras que Cucurucho Santamarìa apunta:"Era un tècnico que sabìa un montòn de fùtbol y era tan amigo que no lo podìas defraudar. Para no fallarle, algunos de nosotros jugàbamos lesionados".
Y el "Manija" ratifica estos dichos: "Nos conocìamos todos. Sabìa la manera de pensar de ellos, còmo se podìan mover dentro de la cancha. Ademàs, nunca tuve problemas con nadie. Me manejaba de la misma forma que cuando era jugador".
Con esa confianza mutua, Montes asume a principios del 74' y se encuentra con un plantel por demàs de numeroso. "Me dieron la lista de jugadores y entre los que estaban en el club, los que volvìan de prèstamos y los de la tercera habìa ochenta y tres. Me quedè con vientisiete profesionales y varios chicos que todavìa no tenìan edad para firmar el primer contrato. Entre ellos, Jorge Valdano", recuerda.
Los refuerzos fueron escasos. El "Gitano" Juàrez, ex tècnico del club, arrimò a Sergio Apolo Robles, un wing derecho salteño, que años despuès se iba a cansar de meter goles, en especial en los clàsicos.
Pero, la gran novedad fue el retorno de Alfredo Domingo Obberti, despuès de dos años de campaña en Brasil. Tito Cannavino, hincha bravo de aquella època y de años siguientes, recuerda que èl y un grupo de amigos fueron hasta la vieja sede del club de wheelwright y Paraguay a pedirle a la comisiòn directiva el regreso del Mono.
"Lo querìamos repatriar. Fuimos a la sede como 50 tipos y hablamos con Armando Botti (Ex presidente) y Emilio Carello (tesorero), y les dijimos que habìa que hacer un esfuerzo y traerlo al Mono. Cuando hicimos el partido de regreso (un amistoso previo al campeonato, que Newell's ganò 5 a 1 a un equipo uruguayo), habìa màs de 30 mil personas en la cancha", apunta Tito.
El plantel estaba definido y esperaba el campeonato, luego de la pretemporada en Monte Hermoso, balneario bonaerense vecino a Bahìa Blanca.
SUFRIR LEJOS DEL BANCO
Si Montes hubiera dicho que ese campeonato lo sufriò "como un hincha màs" -lugar comùn en el que suelen caer muchos entrenadores-, habrìa que darle la razòn. Sucede que Juan Carlos no tenìa el tìtulo de director tècnico, por lo que no estaba autorizado a entrar al campo de juego.
"Habìa canchas en las que se podìa entrar y otras en las que no. A mì todos los referìs me tenìan 'junado' y cuando me veìan en la boca del tùnel me rajaban. Antes de empezar el partido, iban al vestuario y me avisaban que no me querìan ver en la cancha. Me la tenìa que rebuscar como podìa".
En el Parque y en algunos estadios màs permisivos, Montes pudo estar màs cerca de sus jugadores, pero en otros partidos los siguiò desde la platea. Uno de ellos fue el històrico triunfo sobre Boca en cancha de Huracàn, con gol del Mono. Cuatro dìas despuès, en Arroyito, Montes verà el primer tiempo desde afuera, acompañado de los hinchas del Rojinegro. Poco antes de terminar el primer tiempo, Montes deja ese lugar. "Era un quilombo de gente y no podìa llegar al vestuario. El gol de penal de (El dos SIN ALIENTO) Arias, no lo vì. Despuès sì, me metì al tùnel y desde la boca pude dar algunas indicaciones a los jugadores".
Por suerte, Juan Carlos.